viernes, 3 de octubre de 2008

Los cambios en el contexto mundial


La caída de los regímenes de la URSS y del Este de Europa tuvo un gran impacto en Cuba. Fue en ese momento cuando la economía cubana pasó por el momento más crítico de su historia.
Los imperialistas se frotaron las manos con la caída de los regímenes de economía planificado y se apresuraron a pronosticar una nueva era de la historia de la humanidad, marcada por la paz, la prosperidad y hasta la supresión de las desigualdades. Pero el capitalismo ha deparado un panorama completamente distinto. La existencia de una sola potencia militar y económica mundial, EEUU, combinado con una crisis de sobreproducción capitalista, ha creado un escenario con una enorme inestabilidad del capitalismo en todos los terrenos: más tensiones ínter imperialistas, la vuelta a guerras imperialistas (Iraq), crisis de las estructuras políticas que habían sido un soporte clave para la estabilidad (ONU, OTAN, OMC, Unión Europea), tensiones proteccionistas y también, cambios en las relaciones entre las clases. El siglo XXI empezaba con la revolución en Ecuador, abriendo una etapa de ascenso revolucionario en América Latina. En los países capitalistas desarrollados la burguesía se ha lanzado a una batalla contra todas las conquistas sociales que han hecho posible una vida algo decente en las últimas décadas. Se observa cada vez más síntomas de una crisis del modelo de consenso social practicado durante años por los partidos socialdemócratas y de origen estalinista. Existen enormes síntomas de descontento social, expresados en las numerosas huelgas por toda Europa o las masivas manifestaciones contra la guerra (oposición a la guerra entre la población norteamericana)
Este es el contexto en el que se sitúa hoy la Revolución Cubana.; resistió a la reacción que sucedió a la caída de los regímenes de economía. Cuba sigue siendo un poderoso símbolo anticapitalista en el mundo, especialmente para las masas latinoamericanas, pero no sólo. Ciertamente el acoso imperialista no ha cejado, el bloqueo sigue ahí. Pero esa realidad también tiene otra cara: la crisis económica, social y política que está sufriendo el capitalismo a escala mundial no tiene precedentes desde los años 30. El péndulo político vuelve a girar a la izquierda, siendo América Latina el exponente más claro de esta situación. Los derroteros de la historia vuelven a atar el futuro de la Revolución Cubana al futuro de la revolución mundial.
Y es en ese contexto cuando se pone más en evidencia la necesidad de una orientación genuinamente revolucionaria para la defensa de la revolución cubana.

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