viernes, 3 de octubre de 2008

El golpe de Estado de Batista y el asalto al cuartel de Moncada


La oposición al golpe era muy fuerte entre estudiantes e intelectuales. El 26 de julio de 1953 un grupo de aproximadamente 120 jóvenes agrupados en torno a Fidel asaltan el cuartel de Moncada, en Santiago de Cuba, con el fin de desencadenar un movimiento social que propiciase el fin de la dictadura. Aunque acabó en la muerte y el fusilamiento de la mayoría de sus participantes y en el encarcelamiento de los supervivientes (entre ellos Fidel y su hermano Raúl), el asalto tuvo un enorme papel propagandístico y la figura de Fidel pasó a ser muy conocida. La fuerte campaña internacional por la liberación de los encarcelados de Moncada, unido a la necesidad del régimen de dar una imagen de normalidad, propicia su liberación dos años después, tras la que se exilia a México y funda el Movimiento 26 de Julio. En 1956 rompe definitivamente con el Partido Ortodoxo

El ideal de Fidel estaba profundamente inspirado en Martí, el de un desarrollo próspero, socialmente justo e independiente de Cuba, pero sin que ello conllevase la ruptura con el capitalismo ni implicase una política de independencia de clase. Sin embargo, la historia nunca se repite exactamente del mismo modo. En la época de Martí la clase obrera apenas podía jugar un papel político independiente. Medio siglo después una clase obrera ya tenía un peso decisivo en la sociedad y eso tendría implicaciones en el futuro desarrollo del proceso revolucionario cubano. La Revolución Cubana fue una clara confirmación de la teoría de la revolución permanente. Como escribió el dirigente revolucionario ruso León Trotsky en La revolución permanente en relación a las revoluciones en los países de desarrollo burguesa retrasado "la solución íntegra y efectiva de sus fines democráticos y de su emancipación nacional tan sólo puede concebirse por medio de la dictadura del proletariado (…)" (León Trotsky, La revolución permanente).

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